El chocolate es uno de los dulces más gustados a nivel mundial, especialmente el chocolate oaxaqueño tiene mucho renombre por su calidad. ¿Sabías que la planta del caco de la que se extraen las semillas para hacerlo es originaria de México y del Amazonas? Fue aquí donde la planta se domesticó y comenzó a usarse en diversos platillos y bebidas. El cacao fue la base de la alimentación de muchas culturas y nos ha dejado un gran legado culinario.
En más de una cultura prehispánica es frecuente la presencia del dios Quetzalcóatl. En este caso, se le ve fuertemente relacionado con el cacao en más de un relato. A la serpiente emplumada se le atribuye el haber dado esta planta a los hombres para su beneficio.
Un mito tolteca dice que fue Quetzalcóatl quien robó la planta a los dioses. Su objetivo era dársela a los hombres para que estuvieran bien alimentados y así pudieran dedicar sus energías al estudio de las ciencias y el arte. Y ciertamente las semillas de cacao fungieron como un gran alimento.
El relato olmeca cuenta que Quetzalcóatl hecho hombre se casó con una princesa. En una ocasión tuvo que viajar a tierras lejanas para defender su territorio por lo que encargó con su esposa un tesoro que le pertenecía. En su ausencia, los enemigos llegaron e intentaron arrebatar el tesoro del dios, sin embargo, la princesa se negó a decirles dónde lo había escondido. Ella fue torturada para hacerla hablar, pero nada hizo que revelara la ubicación de lo que su esposo le había encargado. Los enemigos acabaron por matarla. Cuando Quetzalcóatl encontró a su esposa muerta y su sangre derramada, de su cuerpo y sangre creó un árbol que daría un fruto amargo como su dolor, pero fuerte como la valentía de su esposa.
Para los mayas, el caco fue la segunda planta más importante de su cultura después del maíz. Por ello en el mito de la creación está presente. Los ancianos que crearon el mundo tuvieron dos hijos gemelos, los cuales murieron en el inframundo maya. La cabeza de uno de ellos quedó colgada de un árbol que se convertiría en el del cacao y él sería el fruto. En relatos posteriores los primeros hombres van en busca de alimento y encuentran el caco en el monte denominado Nuestra Subsistencia.
Los aztecas tienen un mito similar a este último, en el que los primeros habitantes del mundo encuentran el cacao enterrado en una montaña. Son los dioses quienes ayudan a sacarlo de ahí y así es como lo reciben los aztecas como un regalo de los dioses para poder vivir.
El chocolate tuvo usos diversos antes de la llegada de los españoles. Dependiendo de cada cultura, las semillas del cacao se preparaban de diferentes maneras para diversos propósitos.
Lo que es curioso es que el cacao no tuvo una preparación dulce hasta la llegada de los españoles. En realidad, las semillas del cacao son bastante amargas, incluso, por su intensidad en sabor, podrían percibirse como picantes. Es por eso por lo que en muchas ocasiones se utilizaban para guisos y bebidas con chile.
A su vez, por su gran valor, el chocolate usualmente era reservado para eventos sociales o rituales religiosos. Los guerreros aztecas bebían chocolate antes de las batallas porque notaban que les daba energía y vitalidad. Por su parte, los olmecas y los mayas llegaban a usar el chocolate como un remedio para muchos males como el dolor de riñones, malestares intestinales y para la fatiga.
El uso ritual se ha perdido, sin embargo, es cierto que muchos de los usos prehispánicos siguen siendo atribuidos como beneficios del chocolate.
El chocolate oaxaqueño en particular es reconocido por ser de muy alta calidad. En Oaxaca existen arcas reconocidas de chocolate que se exportan a diferentes partes de la república, como lo es la marca Mayordomo.
Aunque, también existe la oportunidad de comprar chocolate artesanal de Oaxaca en los mercados. Es decir, chocolate elaborado a mano con técnicas ancestrales. Las semillas de cacao se muelen en un petate, se le puede añadir almendra, azúcar y canela. Hay diferentes tipos de chocolate oaxaqueño y cada cual tiene su propio método de preparación en el varía la cantidad de ingredientes base.
Cualquiera de estos tipos de chocolate puede ser preparado con agua o con leche. Todo depende de la preferencia particular de cada persona. Los entusiastas del chocolate oaxaqueño amargo suelen preferirlo con agua pues así se intensifica su sabor. El preparar el chocolate con agua es un reminiscente de las costumbres anteriores a la conquista. De hecho, todavía se preparan muchas bebidas con cacao que no son chocolate caliente como lo conocemos.
Muchas de estas bebidas antiguamente eran utilizadas en rituales o eventos religiosos y se reservaban para los nobles o sacerdotes. Actualmente cualquiera puede disfrutar de estas bebidas y muchas todavía se preparan en los mercados de Oaxaca.
En todo México, desde la época prehispánica el cacao ha tenido un papel de suma importancia. Actualmente el chocolate oaxaqueño es reconocido por su alta calidad y por todavía elaborarse con técnicas ancestrales. Beberlo caliente, ya sea en agua o en leche es la manera más común de disfrutarlo con su sabor característicamente dulce. Sin embargo, para los paladares aventureros existen otras bebidas que son un recuerdo de las preparaciones rituales de los pueblos prehispánicos. Lo cierto es que hay chocolate para todos los gustos.
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